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18 cuentas de trueque venecianas variadas

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Largo: 19 cm

Peso: 40 gr

Unidades: 33

BC1215-658
65,00 €


Encantadora selección de dieciocho cuentas de trueque venecianas variadas de un periodo comprendido entre finales del SXVIII y principios del SXX. Entre las que destacan tres chevrones y diez de las llamadas “end of the day”.

 

La cuenta central mide 14mm de diametro.

 

Las cuentas llamadas “End of the Day” (literalmente, “fin de jornada”) eran creadas por los artesanos al finalizar su jornada diaria utilizando los sobrantes de la cuentas que había fabricado ese día. El resultado no puede ser más pop.

 

Las cuentas de trueque chevron son, sin lugar a dudas, las primeras de origen europeo que se utilizaron en el comercio en África, tan pronto como en el siglo XV. Presentan una muy característica decoración estrellada o en forma de “rosetas” que se obtiene empleando un molde con dicha forma en el que se van superponiendo diferentes capas. De esta forma se obtiene una vara que, una vez enfriada, se corta en secciones que, a su vez, se pulen de forma que se se pueden apreciar en sus extremos, y en ocasiones en su superficies, las distintas capas “estrelladas”. Las primeras que se fabricaron lo fueron en la isla veneciana de Murano por el taller Barovier. Los ejemplos más raros suelen alcanzar precios muy altos y muy frecuentemente son descritas por el número de capas que presentan.

 

Usamos el término “cuentas de trueque” para referirnos a las cuentas de vidrio de fabricación europea que fueron utilizadas por los mercaderes y exploradores en el comercio africano desde el siglo XV y durante toda la expansión colonial en ese continente. La historia de las cuentas de trueque en África nos lleva al siglo XV y a la llegada a las costas occidentales de África de los primeros navegantes europeos, principalmente portugueses. Aquéllos descubrieron pronto la fascinación de las poblaciones locales por las cuentas y vieron en ello una oportunidad para el comercio. Entre las cuentas que cautivaron en mayor medida a estas poblaciones se encontraban las de vidrio ya que aún no se habían desarrollado localmente las técnicas necesarias para su elaboración. Ello llevó a una gran demanda local de las bellas y coloridas cuentas de vidrio ofrecidas por los europeos, tales como las cuentas millefiori o chevron venecianas y a que floreciera un gran comercio de trueque de aquéllas por mercancías tales como oro, maderas preciosas, marfil, etc. y que incluso llevó a que fuesen empleadas, tristemente, en el comercio de esclavos. La creciente demanda se mantuvo hasta bien entrado el siglo XX y relanzó centros de producción de en Europa, como Venecia, cuyas cuentas alcanzaron una enorme popularidad y que las hizo muy cotizadas.


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