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9 Cuentas de trueque venecianas (fiorà)

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Mali

Largo: 97 mm

Peso: 27 gr

Diametro: 14 mm

Unidades: 9

BC1215-650
108,00 €


Conjunto de nueve soberbias cuentas de trueque venecianas de la primera mitad del siglo XIX fabricadas empleando la técnica denominada “a la llama” (lamp work). El nombre les viene de su decoración que, empleando una cautivadora combinación de colores y motivos, nos traen a la cabeza flores y elementos vegetales que bien pudo encontrar Alicia en su visita al País de las Maravillas. El cuerpo central de las cuentas es de un bonito color verde oscuro o negro.

Medidas aproximadas (cuenta más grande): 12mm x 14 mm.

Las cuentas de trueque venecianas fiorate o fiorà son cuentas de vidrio, usualmente redondas u ovales, cuya principal característica es la atractiva y colorida decoración floral que presentan y que fueron utilizadas durante siglos en el comercio de trueque en África. Elaboradas principalmente empleando la técnica “a la llama” (lamp work) muestran una exuberante decoración donde los colores se superponen para formar atractivos y multicolores motivos decorativos florales y vegetales que se distribuyen sobre la superficie de la cuenta en forma de pluma (feather), de lazadas que recuerdan pajarotas (bow tie), ramilletes, puntos (dotted) en espiral (entre ellas, las famosas Lewis & Clark en referencia a los dos exploradores que las utilizaron por primera vez en el comercio con las tribus locales en su expedición que, en los primeros años del siglo XIX les llevó de la costa este a la oeste de los Estados Unidos), decoración lineal, de filigrana, etc. Fueron producidas principalmente a desde principios del siglo XIX.

Usamos el términos “cuentas de trueque” para referirnos a las cuentas de vidrio de fabricación europea que fueron utilizadas por los mercaderes y exploradores en el comercio africano desde el siglo XV y durante toda la expansión colonial en ese continente.

 

La historia de las cuentas de trueque en África nos lleva al siglo XV y a la llegada a las costas occidentales de África de los primeros navegantes europeos, principalmente portugueses. Aquéllos descubrieron pronto la fascinación de las poblaciones locales por las cuentas y vieron en ello una oportunidad para el comercio. Entre las cuentas que cautivaron en mayor medida a estas poblaciones se encontraban las de vidrio ya que aún no se habían desarrollado localmente las técnicas necesarias para su elaboración. Ello llevó a una gran demanda local de las bellas y coloridas cuentas de vidrio ofrecidas por los europeos, tales como las cuentas millefiori o chevron venecianas y a que floreciera un gran comercio de trueque de aquéllas por mercancías tales como oro, maderas preciosas, marfil, etc y que incluso llevó a que fuesen empleadas, tristemente, en el comercio de esclavos. La creciente demanda se mantuvo hasta bien entrado el siglo XX y relanzó centros de producción de en Europa, como Venecia, cuyas cuentas alcanzaron una enorme popularidad y que las hizo muy cotizadas.


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